de la época, revelan un diseño asimétrico, mal concebido si no horrible, que flota inseguro y arbitrariamente sobre la fachada; algunos críticos la asociaron con antecedentes rocaille. Para la mayoría, el problema era la falta de relación directa entre la fantástica ornamentación y el edificio de forma convencional. De su fachada destacamos el dragón que sobrevolába el estudio, la fachada estaba pintada en verde, mientras que los relieves estaban pintados en morado. Las posteriores obras de Endell en lenguaje modernista, como su proyecto para el auditorio del Teatro Buntes de Berlín (1901), fueron mucho más coherentes, pero su nombre siempre estará unido negativamente a su primer diseño modernista del Atelier Elvira.
Imagenes del Atelier Elvira