Fue un movimiento de Packard hacia un mercado menos elitista. El 120 fue un coche de éxito y deseado que al principio tenía el nombre de Eight pero que luego se le cambio por 120 en un intento de distanciarse del Packard Eight superior y orientado al lujo. Su diseño era limpio, con sus faros, en los guardabarros, una parrilla inclinada y un parabrisas en V.
El 120 mantenía la tradicional buena calidad de construcción y la supremacía técnica para la clase media y tenía un precio ajustado lo que le hacía competitivo frente a modelos Oldsmobile, Chevrolet y Ford, que eran menos lujosos y de precio similar. Se ofrecía en diversas carrocerias de las que la más popular fue el sedán de cuatro puertas. Otras fueron por ejemplo un coupé deportivo de dos puertas, un sedán descapotable o una alargada limusina. Todas ellas tenían clase y eran solidad. En 1939 se le añadió la supervelocidad para que fueran más económicos que muchos competidores. Pero el abaratamiento de Packard y su consiguiente efecto en el mercado tuvo consecuencias contraproducentes que se verían en los años venideros a pesar de su espectacular inicio de sus ventas.
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