Edificio Chrysler (1929, Nueva York)

Arquitecto

William Van Alen

Año de Finalización

1929

Año del Proyecto

1928

Altura

319 metros

Plantas

77

Tipo

Edificio de Oficinas

Construcción

Si de una construcción se puede decir que simboliza el encanto del periodo, éste es el caso del edificio Chrysler. Sin su decoración el edificio Chrysler seria un producto típico de la arquitectura comercial de finales de los años veinte. La colocación estudiada de las ventanas y el tratamiento de sus superficies son semejantes a los de otros edificio de la época. Pero su ornamentación hace de él un clásico del Art Decó. Lo más sorprendente son los siete pisos que forman la cúpula, de arcos escalonados con ventanas triangulares abuhardilladas y enmarcadas en acero brillante al níquel-cromo. Incluso tal como está hoy en Manhattan rodeado de edificios altos, llama la atención.

Las gárgolas en forma de águila de las esquinas de los escalones en el piso 59 y los tapones de radiador alados del nivel 31, dan al edificio un perfil impresionante, aunque ninguno de ellos sea más que un detalle comparado con su cúpula. La proeza más sorprendente de la construcción de Van Alen es su aguja de 27 toneladas situada a 319 metros de altura, más que la torre Eiffel. La aguja, montada en secreto en el interior, fue levantada a través de una abertura en la parte superior, lo que fue todo un espectáculo para los curiosos.

El edificio consigue tener algo más de altura . Es una masa concebida con inteligencia, digna y serena, casi más como una maravilla de la naturaleza que como un edificio y rápidamente se convirtió en un símbolo. Sin embargo la ornamentación de estilo moderno escasea y se usa de forma comedida. Aparece en el vestíbulo , en los tímpanos exteriores de metal fundido y en los motivos en forma de abanico dispuestos en cada esquina del mástil de aluminio que corona el conjunto (había de ser una torre para dirigibles; las pasajeros debían desembarcar en la plataforma superior de observación.) La intención de los arquitectos era empresarial: el tamaño del edificio estaba cuidadosamente calculado para conseguir el máximo espacio rentable. La ornamentación no constituía una prioridad, quizá en parte porque había de pasar inadvertida en una construcción tan monumental.

Ciudad

Nueva York

Promotor

Williams H. Reynolds



Imagenes (Flickr por Wallyg)