El Wiener Werkstätte proporcionó un foro para artesanos de campos diferentes. Fundado en 1903, su finalidad fue constituirse en empresa comercialmente viable, fiel siempre al ideal de los reformadores: la unión del artista con el artesano y la elevación de las artes decorativas. El primer estilo del Wiener Werkstätte era severo y sin compromisos, pero, quizá como reacción a las privaciones de la primera Guerra Mundial, su cerámica se volvió más desenvuelta. Durante los años veinte, Susi Singer, Gudun Baudisch y Valerie Wieselthier, entre otros, trabajaron en un estilo muy personal caracterizado por un modelado tosco y unos efectos brillantes y discordantes de su esmalte de barbotina. En la Exposición de 1925, Wieselthier expuso individualmente y con el Wiener Werkstätte. También en la exposición, Michael Powolny y Josef Hoffman exhibieron cerámica moderna a través de los El Wiener Keramic Workshops. En 1928, los ceramistas del Wiener Werkstätte participaron en la Exposición Internacional de Cerámica que visitó siete ciudades norteamericanas, acontecimiento que contribuyó a una posterior decisión de Singer y Wieselthier a emigrar a EE.UU. En los años treinta, Singer se estableció en la costa oeste, mientras Wieselthier, cuya reputación creció rápidamente en importancia, después de su traslado a Manhattan, fue contratado tanto por Contemporá de Nueva York como por la Sebring Pottery de Ohio.