La forja de Raymond Subes

Raymond Subes seguía de cerca a Brant por la amplitud y la calidad de su obra. Como director artístico de Borderel et Robert, una compañía de construcción fue responsable de una serie de encargos durante los años veinte: iglesias, cementerios, monumentos, salas de exposición y hoteles. También expuso sus muebles en los salones anuales, pero su importancia no puede medirse por estos objetos más pequeños; la mayoría de sus tours de force permanecen sin identificar en la fachada de un edificio o en la atrevida curva de la barandilla de la escalera de un hotel. Muchas obras suyas fueron desguazadas y desechadas cuando a los transatlánticos Île-de-France, Atlantique, France y Normandie les llegó su ignominioso final.

Las exposiciones de Subes en los Salones le valieron encargos de otros expositores: en 1927 por ejemplo, el marco de acero para una librería de Ruhlmann y una puerta de hierro forjado para Michel Roux-Spitz. Más tarde realizó trabajos para Maurice Jallot y Alfred Porteneuve. Para la exposición de 1925 creó obras de hierro con destino a la Ambassade Fraçaise, el Hôtel du Collectionneur y el pabellón de La Societé de L´Art Appliqué aux Métiers.

La elección que hacía Subes de sus metales rivalizaba con la de Brandt. Su preferencia era el hierro forjado, que a veces se combinaba con el bronce, el cobre patinado y, en los años treinta, con el aluminio y el acero, oxidado o esmaltado.


Las puertas eran uno de su fuerte, son sin duda una de las mejores puertas Art Decó que se podian encontrar en Francia en la época.



En el otro campo en el que destaco Raymond Subes fue en el diseño de lámparas.



También diseño otros objetos como mesas y mostradores