El estilo de Gustav Miklos comenzó a evolucionar hacia lo moderno en 1907, dos años antes de trasladarse de Budapest a París. Hoy reconocido como un importante escultor Art Déco, Miklos intentó probar fortuna en otras disciplinas -orfebrería, esmaltes champlevé, tapices y joyería- antes de dedicarse de manera preferente a la escultura a partir de 1923. En la Exposición de 1925 expuso un par de columnas monumentales de madera policromada, y en 1928 celebró su única exposición individual en la Galérie de la Renaissance, de la rue Royale.
Por su simplificación de la masa y por sus detalles, el estilo de Miklos muestra la influencia del cubismo y el constructivismo. Sus cabezas de mujeres tribales y sus pájaros son especialmente vigorosos. Tanto la dignidad como la sensualidad hallan un lugar en sus formas alargadas y redondeadas. Los materiales preferidos eran la diorita, el bronce, la madera y el cobre, a los cuales Miklos, como Brancusi, solía aplicar un pulido brillante.